¿Tú también te has hecho esta pregunta? La periodista Guadalupe Camacho nos cuenta sobre su experiencia en este campo:
Creo que las mujeres que hemos tenido, los últimos cinco años, una pareja (o dos) más jóvenes que nosotras, queremos quedarnos en ese sitio tan privilegiado. No sé si les pase igual los hombres que andan con mujeres mayores, pero los chicos además de su energía sexual nos regalan cero dramas.
Los hombres jóvenes tienen menos rollos que los hombres adultos. “Este chico con el que ando no es macho, cuando se queda una noche en mi casa, a la mañana siguiente tengo el desayuno en la mesa acompañado de una de mis revistas favoritas”, me dijo hace poco una amiga y se queja: “nunca en mis 8 años de matrimonio, mi marido me preparó el desayuno… bueno ni una quesadilla simplona de queso me ofrece ahora que estamos divorciados”.
Y yo pienso: mi amante 15 años menor nunca me ha hecho el desayuno, pero siempre me trae regalos de donde viaja, recuerdo un llavero de Bolivia muy, muy simpático y cachondón. También conservo con mucha valía una libreta muy mona acompañada de una pluma, todo en blanco y con una nota: “tan blanca como las sábanas de tu cama; con esta libreta me gustaría que escribas tus historias, que hicieran más magia en el periodismo”. Ahhhh, ¡que ternura de hombre!
El sexo y los detalles que tienen los jóvenes nos enloquecen a las mujeres mayores. Eso es un hecho y desde que soy cougar no me ha venido a la mente el deseo por un hombre de mi edad, o más grande que yo (tengo 42 años). No me lo imagino en mi cama, entre mis brazos o sobre mi espalda. Por que creo que no tendrá la misma energía, capacidad de imaginación y ganas de aprender que los jóvenes tienen.
Los hombres viejos ya tienen su forma de ser y de coger, no quieren aprender. Recuerdo al último: “¿Y dónde aprendiste eso, ehhh?”, “Como que no me siento cómodo con tanta luz”, “Perdón me vine muy rápido porque estás bien buena”, “Me tengo que ir porque mis amigos y yo veremos el americano, ¿tu gustas?” ¡Qué no mame! ¡que bueno que ya lo borré de mi vida!
Los hombres adultos no saben manejar sus miedos, tampoco entienden que el machismo es un tema del pasado, les da miedo mostrarse desnudos, son presuntuosos: te quieren conquistar con su dinero o le dan más valor a lo estético que a la experiencia. ¡¡¡Hombres adultos y viejos sepan que las mujeres no somos sus madres, ni sirvientas tampoco sus enfermeras o niñeras!!!
¿Seré por siempre cougar? Yo creo que sí, ese es mi deseo y esa es también mi voluntad. Pero sé que la vida te tiene preparadas muchas sorpresas, no todo puede ser color rosa… Cierro los ojos y busco en el horizonte las zonas donde hay chicos jóvenes, guapos y dispuestos a tener sexo, sexo y más sexo con una cuarentona.
Hay muchos lugares: el antro de moda, los estadios de fut, ciertos gimnasios, las bibliotecas grandes, los parques de diversiones y algunas fiestas. A mis amigas les digo: “No vayas a las mismos lugares siempre, con las mismas personas siempre y buscando lo mismo siempre”.
Las mujeres cougar somos una especie en surgimiento, cada vez existimos más y más. Y los jóvenes lo saben, así que deja de mirar lo apolillado, desgastado y machín; mira hacia otros lados y date la oportunidad de besar unos labios más frescos, de gozar un cuerpo más impetuoso, de mirar unos ojos más felices…tal vez incluso ese amor juvenil quiera compartir la vida contigo.
Y para disfrutar de una sexualidad libre, divertida y gozosa, protégete con un método anticonceptivo y usa siempre condón.
Con información de la periodista Guadalupe Camacho.
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