Marie Stopes compartimos la opinión de Tabby Biddle sobre #WonderWoman. ¿Ya viste la película? ¿Qué te pareció? ¿Tú qué piensas? Seré directa: no me gustan las películas taquilleras de superhéroes. ¿Por qué? Porque no me gustan la glorificación de la violencia ni los estereotipos de sexos que suele haber en estas películas: el hombre es el héroe y la mujer, el relleno amoroso. Cuando me enteré de que iban a sacar la película de Wonder Woman, tampoco me puse a dar saltos de alegría. Soy muy suspicaz con la fórmula de los superhéroes. Era consciente de que «debería» haber estado emocionada con la película por el hecho de que es la primera película dirigida por una mujer con una heroína como protagonista. Es un claro avance para la industria del cine y un motivo por el que las mujeres deberían estar contentas.

 Una semana antes del estreno de la película recibí un montón de correos electrónicos de mujeres cineastas y blogs feministas a los que estoy suscrita. Todas me animaban a ir a verla el fin de semana del estreno (en Estados Unidos) para demostrar que una película con protagonismo femenino también podía ser un éxito en taquilla. Y acepté. Quería apoyar la sororidad, que estuviéramos todas unidas.
Aunque no pude ir el fin de semana del estreno, me organicé este fin de semana con un grupo de cinco amigas con pareja. Ninguna de nosotras iba engalanada con el disfraz de Wonder Woman ni con su tiara, pero estábamos entusiasmadas y deseosas de ver «la película definitiva del empoderamiento de la mujer». Una vez apagadas las luces, la película comenzó mostrando una paradisíaca isla mediterránea y un grupo de mujeres guerreras practicando equitación, lanzamiento de proyectiles y lucha con espadas. Unas mujeres poderosas, concentradas y misteriosas. Su fortaleza interior y exterior era evidente. Eran dueñas de sí mismas.
La isla, Temiscira, es el lugar de residencia de Diana (Wonder Woman, encarnada por la actriz Gal Gadot) y su madre, Hipólita (Connie Nielsen) y de otros cientos de mujeres guerreras conocidas como «amazonas». Ni un solo hombre a la vista. Una isla enteramente poblada con mujeres, una sociedad solo de mujeres, una nación protectora de la sororidad. Me sentí feliz, jovial e inspirada.
Pero sucede algo. Steve Trevor (Chris Pine), un piloto estadounidense, tiene que hacer un aterrizaje forzoso cerca de la isla. Desde ese momento, la isla está expuesta al mundo exterior. Poco después, llega la Armada alemana y se produce una violenta batalla. Diana, entonces, toma conciencia de la «guerra que acabará con todas las guerras» que se está produciendo en el mundo exterior. Es incapaz de entender el porqué de esta masacre entre la humanidad y siente que es su responsabilidad acabar con ella. Pasa a asumir esta misión de paz y abandona la isla con el piloto. Adiós, sororidad. Al llegar a Londres, Diana se adentra en el «mundo de los hombres», que desde el primer momento define como «espantoso». En este momento de la película se produce un punto de inflexión. El espectador ya no se encuentra ante una sororidad de mujeres poderosas, sino ante una mujer protagonista entre cientos de hombres, sin el más mínimo rastro de una sororidad por ninguna parte. Conforme veía la película, no solo sentía que estaba entrando en el «mundo de los hombres» en la ficción, también estaba entrando en el mundo de los hombres de Hollywood, viendo la historia de una mujer narrada desde el punto de vista masculino. En las siguientes dos horas de película, apenas aparecen tres mujeres con un papel destacado (Wonder Woman, una científica loca y una secretaria) entre una multitud de hombres (políticos, comandantes, tenientes, generales, capitanes, soldados, espías y pilotos). Todo empoderamiento que podía haber sentido al inicio de la película se esfumó de repente. La película empezó de forma inspiradora y prometedora para las mujeres, pero se había convertido en la típica historia de superhéroes.
No hace más que perpetuar un sistema en el que los hombres son la autoridad máxima y los únicos con el poder y el derecho de conceder privilegios a sus inferiores.
Según el Instituto Geena Davis sobre Género en los Medios, la subrepresentación de mujeres y niñas en las películas y en la televisión tiene una influencia duradera en su psique. Les otorga un punto de vista demasiado estrecho sobre lo que se espera de ellas y ejerce una enorme influencia en la creación y perpetuación de sesgos sexistas entre hombres y mujeres. Las consecuencias son aún peores cuando las mujeres son representadas según estereotipos dañinos como los personajes femeninos hipersexualizados, planos o «desagradables».

Las mujeres en el cine, ¿deben ser inspiracionales?

Por ejemplo, la científica de la película se nos mostraba como una mujer malvada y, en cierto momento, se referían a ella como una «bruja». Cosas como esta no hacen más que perpetuar el estereotipo dañino de que las mujeres inteligentes solo usan su poder para hacer el mal y que nunca hay que confiar en una mujer científica. ¿Cómo piensan que se traduce esta representación de la mujer entre las jóvenes y las mujeres que estudian o trabajan en el área de las ingenierías o las ciencias? Tampoco estoy sugiriendo que toda mujer representada en el cine deba ser inspiracional y estar envuelta en un aura celestial, pero sí que creo que, habiendo tan pocos personajes femeninos, habría que reflexionar un poco más a la hora de trazar sus características y se deberían incluir cualidades que sirvieran de compensación. Pero volvamos a Wonder Woman. Para mi sorpresa, era una guerrera atrapada en el paradigma de los hombres guerreros: el héroe en solitario combatiendo las injusticias y amparándose en sus superpoderes. Resulta que fue el dios griego Zeus el que le concedió a Diana (Wonder Woman) sus poderes. Este dato no parece muy empoderador. No hace más que perpetuar un sistema en el que los hombres son la autoridad máxima y los únicos con el poder y el derecho de conceder privilegios a sus inferiores (un ascenso, un aumento de sueldo…). Es más, en la película se referían a Diana como un dios, no como una diosa. Alucinante. ¿Cómo pueden rechazar un reconocimiento tan simple a la feminidad de esta heroína en una película que, en teoría, estaba hecha para empoderar a las mujeres?
Conforme veía la película, no solo sentía que estaba entrando en el «mundo de los hombres» en la ficción, también estaba entrando en el mundo de los hombres de Hollywood.
Así pues, el viaje de Diana para descubrir sus «verdaderos poderes» en realidad tenía más que ver con demostrar su fuerza y luchar en el mundo de los hombres, sin olvidar que lo que le impulsa durante toda la película es el amor (amor por la humanidad y amor romántico). Pero ¿es realmente esta una meta para la mujer? No lo creo. Creo que la travesía de la heroína es diferente a la travesía del héroe. Aunque hay muchas cosas que coinciden, creo que hay un elemento crítico cuando la heroína accede a su poder: el elemento de sororidad. Dicho de otra manera, el camino femenino al poder no es una fórmula solitaria. Se basa en el colectivo.
Si se ven a sí mismas a través de una lente masculina y se miden con estándares de una cultura definida por hombres, ¿a eso se le puede llamar progreso?
Muchas mujeres han intentado seguir por su cuenta en un mundo orientado a los hombres, en busca del éxito académico, profesional y financiero. Al hacerlo por su cuenta, han acabado sobrepasadas por sus horarios, agotadas y con dolencias asociadas al estrés, como fatiga adrenal y depresión. Claramente, hay un problema con este modelo para las mujeres. Si se ven a sí mismas a través de una lente masculina y se miden continuamente con estándares de una cultura definida por los hombres, ¿a esto se le puede llamar progreso? Aunque quiero felicitar y aplaudir a Patty Jenkins por su increíble trabajo como directora, y a Gal Gadot por su fabuloso trabajo en el papel de Wonder Woman, quiero lanzar la pregunta: ¿cómo podemos avanzar hacia el siguiente nivel y crear historias y películas que muestren la travesía de la heroína, en lugar de a una protagonista mujer en un paradigma masculino? He hablado con muchas mujeres desde que vi Wonder Woman y todas ellas han comentado lo que les gustó la escena de la isla y que les habría encantado pasar gran parte de la película ahí. Ahí es donde se sintieron más vivas, más fuertes, con más poder. Como yo, asocian esos sentimientos a la presencia de la fuerte sororidad. Para hacer a Wonder Woman una verdadera película de empoderamiento femenino habría sido bueno para el público saber algo más de la cultura de esa isla. Aparte del entrenamiento físico de guerrera, ¿qué lecciones internas se enseñan? ¿Cómo se tomaban las decisiones? ¿Cómo funcionaba el sistema político? Oí que a una de las amazonas se le llamaba «Senadora». Me gustaría haber descubierto más sobre el tema. También me hubiera gustado ver más personajes poderosos femeninos en el guión. Quizá una mujer piloto, o una dueña de un negocio, y especialmente más personajes mujeres que apoyaran a Wonder Woman. Para ser justos, soy consciente de que el período de tiempo en que se desarrolla esta película no lo pone fácil. Más importante aún, hubiera querido ver más pruebas de cómo fue la vida al acabar la guerra en el mundo de los hombres. ¿Cómo era la vida de las amazonas allí? ¿Cómo funcionaban las cosas con ellas integradas en la sociedad? En otras palabras: ¿cómo es la vida con más círculos de mujeres que se apoyan entre sí? Después del duro trabajo de Wonder Woman, ¿qué se ganó? ¿Cómo se transformó ella? ¿Y cómo se transformó el mundo? Quizá esto se explica en la secuela.

La historia del personaje

El cómic original de Wonder Woman fue creado y escrito por un hombre, William Moulton Marston. Aunque muestra claramente una apreciación y celebración de las mujeres, la historia se limita a la lente masculina y al ideal masculino de las mujeres. Esta versión de 2017 de Wonder Woman también fue creada por hombres. Entre ellos Allan Heinberg, Zack Snyder y Jason Fuchs, con guión de Allan Heinberg. Aunque estoy orgullosa de la lograda dirección de Patty Jenkins por hacer que las mujeres experimenten un cambio real y duradero, necesitamos a más mujeres, tanto en los papeles de estudio como en todo el proceso creativo donde se produce el desarrollo clave de la historia. Es hora de que llegue una nueva generación de historias realmente inspiradoras para niñas y mujeres desde la perspectiva femenina. Quiero que los guionistas y los cineastas que tengan la posibilidad cuenten estas historias a un público de masas. También se necesita que más mujeres se unan a la dirección de castings, a los cinematógrafos y a los showrunners para que se tomen decisiones de género sensatas a la hora de contratar y presentar a las actrices en el cine. El entusiasmo por esta película resulta entendible. Nosotras, las mujeres, estamos desesperadas por ver películas protagonizadas por mujeres. Estamos deseando vernos como héroes, en vez de como víctimas. Queremos tener voz en nuestras vidas, y en cómo la cultura nos ve. Wonder Woman recaudó aproximadamente 103,1 millones de dólares en Estados Unidos y en Canadá en su primer fin de semana, el mejor estreno para una película dirigida por una mujer. Aunque esto ya es un motivo para celebrar, me preocupa que Hollywood tenga la actitud de y ahora den las gracias y cállense. En plan: ya tienen una película dirigida por una mujer con una estrella femenina. Así que volvamos al trabajo habitual. El primer cómic de superhéroes que se adaptó a película fue Superman en 1951. Han tenido que pasar 66 años para que una mujer llegue hasta ahí. Espero que no tengan que pasar otros 66 años para crear a una heroína femenina realmente inspiradora nacida de una perspectiva femenina. El empoderamiento femenino no solo consiste en patear culos, ni en tener el poder sobre otros. Consiste en acceder al poder de uno mismo, uniéndose a la sororidad y viendo lo que podemos crear juntas. Por desgracia, al final de Wonder Woman no me sentí empoderada. Me sentí desorientada, decepcionada y, francamente, enfadada. «¿Por qué todo el mundo dice que es una película empoderadora para mujeres y niñas?», pregunté a mi amiga que estaba a mi lado. «Yo me estaba preguntando lo mismo», me contestó. Sí, me subió el nivel de testosterona. Pero no me sentí empoderada, sino agresiva.
Con información de Huffingtonpost y Tabby Biddle, Defensora de los derechos de las Mujeres
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