El puente. Una posición muy placentera para nosotras y sin tanto esfuerzo para ellos. El hombre tiene gran acceso a la vagina y control sobre la mujer, mientras que tú puedes disfrutar placenteramente de una penetración profunda. Lo único malo es que si la fuerza en brazos y piernas no es la ideal, resultará bastante agotador. El tigre al acecho. Muy similar al perrito. En esta posición nosotras nos recostadas boca abajo con las nalgas levantadas para que él logre penetrar adecuadamente. Con esta posición la profundidad es mucho mayor y él puede estimular tu clítoris mientras tienen sexo. Basset hound. Si te gusta tomar el rol de dominada en las relaciones sexuales, esta posición será ideal. El hombre puede tomar el control y tú disfrutar de ese momento. Como su nombre lo dice, esta posición se refiere al torso alargado del perro. Muy similar al estilo de perrito. Con el Basset hound, ambos deberán extender sus piernas mucho más. La mujer necesita yacer lo más bajo que pueda, casi hasta tocar el suelo, extendiendo las rodillas y empujando las nalgas hacia arriba. Él también deberá extender las rodillas hacia los costados y entrar en una posición angular. Andrómaca. Con la Andrómaca mantendrás el control mientras existe el estímulo sexual. Tú decides el movimiento, la profundidad, velocidad, ritmo y roce; añade a la relación el sentirte fuerte y poderosa ante tu pareja. Él se recuesta y la mujer se coloca encima. La penetración resulta profunda, el estímulo para eyacular no es tanto, existe contacto visual y puedes tocar tu clítoris mientras te mueves para lograr el orgasmo perfecto. El misionero. Aunque podría pensarse que es una de las posiciones sexuales más comunes y aburridas, puede ser placentera. Esta postura consiste en que ella esté tumbada boca arriba y él sobre ella apoyándose un poco en las rodillas y los brazos. Los cuerpos permanecen tan juntos que el clítoris es estimulado constantemente y puedes controlar el movimiento de cadera mientras abres o cierras las piernas. Puedes colocar un cojín debajo de la cintura para elevar la pelvis y hacer aún más placentero el sexo. Loto. En esta postura, tú tienes el control mientras te colocas sobre el hombre. Él se sienta y coloca las piernas dobladas mientras sus pies se tocan, simulando una flor de loto. Estar cara a cara hace mucho más íntimo ese momento y puedes moverte atrás y adelante, en círculos y estimular el clítoris rozando el cuerpo de tu pareja. Los dos pueden acariciarse y besarse mientras ocurre la penetración. Enlazados. Los dos recostados, lado a lado, se ven fijamente al rostro y pueden besarse mientras acarician sus cuerpos. En esta posición, tú tienes el control de la presión y el ritmo del acto, puedes entrelazar las piernas con las de él y tocar el clítoris mientras él provoca el orgasmo. 69. Aunque no existe penetración, la estimulación del clítoris es sumamente intensa y los dos disfrutan. El sexo oral permite que se estimule el clítoris de manera distinta, con movimientos, caricias, ritmos y presiones que son difíciles de lograr con la mano o el pene. Además, con esta posición se tiene una vista distinta del acto sexual: él puede ver tus nalgas directamente y disfrutarlas como nunca. Para realizarla debes colocarte encima de él con las rodillas sobre el suelo y las caderas levantadas. La flor. Permaneces tumbada de espaldas con las piernas casi dobladas hasta los pechos, él debe arrodillarse sobre ella y penetrar, lo que hará que sienta una estimulación más profunda, la base del pene puede frotar el clítoris y estimular el punto G. Además, con la pelvis y piernas serás capaz de controlar la presión y el ritmo. Cowgirl de espaldas. Esta variante del cowgirl común es tal vez más placentera que sólo mirar frente a frente a nuestra pareja mientras meneamos la cadera. Todo está bajo nuestro control, puedes frotar tu clítoris con su cuerpo hasta llegar al orgasmo y de espaldas las sensaciones son más intensas, estimulando mucho más el punto G. Con información de Cultura Colectiva.]]>
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